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Detalle de la primera página de la libreta que contiene todas las anotaciones de "Tiempo de Tránsito" |
¿Dónde nacen las novelas? ¿Dónde surgen? ¿Cuál es la semilla? ¿Cómo germinan?
Unos dicen que no hay más secreto que el despertar de una primera idea; otros que todo se desató tras una experiencia vital de impacto; algunos que fue un principio teórico, moral, filosófico; los habrá que arrancaron tras un sueño; que tiraron del hilo a partir de un hecho casual y banal; o que lucharon bajo la tempestad de imágenes y apuestas cada vez más frustrantes hasta que creyeron encontrar el motivo para lanzarse. Todo es empezar, claro, pero no basta con empezar: hay que terminar, hay que llegar hasta el final. No basta con concebir: hay que parir.
Por eso no es suficiente una idea. Hay que tejer un universo nuevo compuesto por infinitas piezas que hay que crear y/o descubrir, trenzar y/o desenredar, perderse, encontrarse, atraparse, despeñarse, dejarse llevar y caer y levantarse y retroceder y marearse y asfixiarse y respirar y llegar, reitero, hasta el final.
En el momento en que uno se pone a escribir, la cabeza hierve, febril, las ideas te asaltan, las dudas te emboscan, las soluciones se aparecen y desaparecen en mitad del frenesí con apenas margen para atrapar un papel y apuntar notas, a cualquier hora sin cuartel. Es la inspiración que llega mágica... o la gota inevitable tras exprimirte el alma las 24 horas del día.
Por eso a mí me gusta decir que "Tiempo de Tránsito" nació de una libreta, de notas abigarradas y esquemáticas, escrita de corrido de adelante hacia atrás en las páginas impares y continuada sin alteración desde el final hasta el principio en las pares, en una desconcertante y desordenada contraposición de imágenes capaces de enriquecer la realidad que se buscaba hacer real.
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Detalle del interior de la libreta que contiene las anotaciones de "Tiempo de Tránsito" |
Hay un detonante, claro, un primer paso, esa primera idea que, en este caso, son las primeras palabras escritas en la libreta de "Tiempo de Tránsito", por cierto, una moleskine de imitación y publicitaria que terminó desvencijada de tanto garabatear.
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Primera nota escrita en la libreta. |
"1º cartera bajo el contenedor. DNI en el charco".
Esta es la transcripción literal de la primera anotación, el cabo genuino a partir del cual se deslió la madeja. Ahora bien, aquí no hay una novela. Esto no es la semilla, es apenas una célula, una de tantas y tantas decenas que desde ese momento se agolparon en las siguientes páginas para conformar una voraz tormenta que fusionó la carga genética que se posó en las manos del autor para gritarle: "Aquí tienes tu horizonte y, ahora, escribe, ahora, ¡CREA!"
En la libreta está la novela.
PD: Para los que ya habéis leído "Tiempo de Tránsito", estoy convencido de que os resultaría apasionante descubrir cuáles fueron los primeros apuntes a partir de los cuales terminaron conformándose personajes, tramas, emociones y acciones que os han impactado. Estoy tentado de mostrároslos... pero ya habrá momento. Aún quedan muchísimos lectores que deben afrontar este "Tiempo de Tránsito" desde cero.
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Otro detalle del interior de la libreta. |
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