lunes, 9 de enero de 2017

Kipling en el mascarón de proa

Rudyard Kipling al timón del yate "Bantam" en 1910.

"Tiempo de Tránsito" arranca con una cita de Rudyard Kipling, la misma que encabeza este blog y que encarna la esencia de una de las grandes líneas argumentales de la novela.

“Quien se interne en el corazón de Bikanir encontrará no ya un pueblo, sino toda una ciudad en donde se han establecido los muertos que no murieron, pero que ya no viven”.

La cita pertenece al relato de Kipling "La aldea de los muertos", recogido por Ramón Menéndez Pidal en su "Antología Universal del Relato Breve". Su título original es "The Strange Ride of Morrowbie Jukes" y fue publicado por vez primera en 1885 y escrito por el autor de "El libro de la selva" y "Capitanes intrépidos" cuando apenas tenía 19 años.

Narra la historia de Morrowbie Jukes, quien a lomos de su caballo se despeña accidentalmente por una ladera hasta caer a las profundidades de un cráter en el desierto de Bikanir (ver imagen) donde un repulsivo, humillado y harapiento grupo de hombres y mujeres sorbe la condena de vivir muertos, de seguir respirando en una tumba de miseria y olvido de la que físicamente no se puede salir y a la que han sido arrojados después de haber sido dado por muertos por culpa del cólera: "Si usted muere en su casa y no está muerto cuando lo llevan a la pira para quemarlo, viene a este lugar", es la explicación que recibe Jukes nada más llegar, siendo todo su afán escapar de aquel lugar mientras intenta comprender la maldita existencia de aquellos muertos vivientes.
En la imagen, marcado con una flecha, el lugar donde se desarrolla la acción del relato "La aldea de los muertos".

La cita textual en inglés y que aparece al inicio del relato es:

"If you go into the heart of Bikanir, which is in the heart of the Great Indian Desert, you shall come across not a village but a town where the dead who did not die but they may not live have established their headquarters"

La parte esencial de la misma podría traducirse literalmente como "se encontrará no una aldea, sino una ciudad donde los muertos que no murieron pero que ya no pueden vivir han establecido su cuartel general".

Ese "que ya no pueden vivir" es sin lugar a dudas la expresión más fiel con la realidad diaria de los miserables allí confinados. No obstante, Menéndez Pidal en su antología opta por una traducción que va más allá de la literalidad, aportando una profunda carga poética que define no solo el día a día de aquella gente sino su verdadera esencia, su auténtico estado vital, es decir: "...encontrará no ya un pueblo, sino toda una ciudad en donde se han establecido los muertos que no murieron, pero que ya no viven".

No murieron, pero ya no viven... toda una declaración de intenciones para el horizonte con el que el lector afronta "Tiempo de Tránsito", siempre desde la perspectiva de los que viven pero ya no viven por culpa de los que murieron y que se ansía creer que siguen viviendo.

En este enlace puedes leer íntegro "La aldea de los muertos".

¿Qué os parece el relato de Kipling?

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