sábado, 25 de febrero de 2017

Los otros ROSTROS, las otras PORTADAS

Primera propuesta de portada.


Toda novela nace con vocación de trascender en el tiempo, de que pasen los años y de que no sólo sus cantos ajados sigan siendo manoseados, sino que vuelva a ser editada por otros ojos, por otras manos. ¿Qué importancia tiene entonces su rostro? ¿Cuánto valor dar a su primera portada? Vemos las primeras ediciones con el paso de los años y no nos reconocemos ni en las tipografías de las letras, ni en las imágenes, ni en la disposición de los elementos. El fondo vive, pero la forma amarillea, si es que no se ha perdido la cubierta que abrigaba la tapa dura, hoy ya sólo monocroma y con un simple y genérico estampado de letras.


Ahora bien, esto no es más que orgullo e ínfulas. Escribir es igual que parir y cuando uno estrecha un bebé entre sus brazos no está pensando en cómo se vestirá con cuarenta años. Lo único que piensa es encontrar el patuco más dulce, el babero más gracioso o la ranita que mejor resalte la belleza de ese delicado corazón que palpita, respira y dormita y que nunca creerás que crecerá, que siempre piensas que quedará así, único, eterno.

Por eso, en una novela la primera portada es como el primer patuco, es la misma ilusión, la misma pasión, el mismo mimo, la misma ternura, el mismo tesón por encontrar esa portada única, eterna y, sobre todo, un rostro que diga tanto del interior como de la emoción del autor, que también relate y que enganche.

En este sentido, "Tiempo de Tránsito" no sólo ha supuesto una apasionante aventura en la concepción de su "fondo" sino también ha supuesto un trabajo intenso para encontrar su "forma", para dar con el mejor traje de la mano de la dedicación y empeño del equipo de Taller de Ideas y Grupo Diario Editorial.

Me gustaría compartir todas las propuestas y bocetos en los que se trabajó en el proceso de selección de la portada definitiva y que por su calidad merece la pena analizar.

Las primeras opciones jugaban con un elemento fundamental, el tiempo, en el primer caso (portada con la que se abre este post) con una visión más emocional y humana combinada con elementos logísticos, y en el segundo caso (bajo estas líneas) con una apuesta más conceptual y con el reloj de arena convertido también en metáfora de uno de los elementos más representativos de la historia: el contenedor.
Segunda propuesta con el reloj de arena como metáfora también de un contenedor.

No obstante, a continuación se exploraron otras opciones dirigidas a interpelar al lector, expresar el lado humano de los personajes e impactar, con la referencia siempre del ámbito en el que se desarrolla la acción. De esta forma surgió la idea del ojo y el reflejo en la pupila, que iría evolucionando hasta el diseño definitivo.
Primera opción con el ojo como elemento central.

De forma paralela, se siguieron elaborando propuestas basadas en el simbolismo, como la que está bajo estas líneas, de nuevo con el tiempo como referencia, los contenedores y los engranajes del reloj como metáforas de los eslabones de la cadena logística.

Creatividad que jugaba con la metáfora de los engranajes del reloj como engranajes de la cadena logística.

Incluso se estudió la posibilidad de hacer referencia expresa en la portada a una de las escenas clave de la novela mediante la opción de la ilustración, con una creatividad específica pintada por Alba García, autora de la portada definitiva.


Ilustración para la portada de Alba García inspirada en una de las tramas clave de la novela.

Finalmente el equipo de diseño decidió trabajar en la opción del ojo y el reflejo con distintas alternativas. Primero una opción más vital que refería a la parcela más emocional y sentimental de la novela...


Propuesta previa al diseño definitivo.

...y luego una opción ligada a la parcela más de acción, de suspense y dramática de la obra, en una clara referencia a uno de los instantes críticos de la historia.



Una variación del diseño definitivo.

Otra variación del diseño definitivo.

Y así se llegó a la portada definitiva, un ojo para unos sorprendido, para otros apesadumbrado, para muchos aterrado, para otros resignado, un ojo con un puerto en la retina, una terminal, repleta de grúas y contenedores, un paisaje multicolor donde perderse... o tal vez encontrarse.

¿Te gusta el diseño de portada que fue finalmente elegido?
¿Qué te parecen las opciones que se barajaron?
¿Cuál te gusta más?
Cuenta y comparte.

Portada definitiva obra de Alba García.

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