El vergonzante comportamiento de Francia en la crisis de sus agricultores va mucho más allá de la pretensión de los huelguistas de hacer daño al gobierno de Macron utilizando a los transportistas españoles como armas arrojadizas.
Bloquear los camiones, acosar a sus conductores, vaciar su carga, destruirla y, por último, quemar los vehículos es una escalada que denota que bajo la piel de la indignación por su situación de agricultor en Francia subyace un rechazo evidente a lo que venga de España.
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Pedro Sánchez durante el último Consejo Europeo. |
No hay más que ver las palabras de la líder socialista Segolene Royal que, para justificar la injustificable actitud de los agricultores franceses, no ha dudado en pretender convertir a las víctimas españolas en agresores, sabiendo que encontrará un caldo de cultivo perfecto entre su parroquia al acusar a los tomates BIO españoles de "incomestibles".
El gobierno español, que como siempre reacciona tarde, ha salido al paso por fin con el presidente Sánchez a la cabeza, que ha defendido el tomate español y lo ha calificado de "imbatible", palabra que el presidente acostumbra a utilizar en materia "agroalimentaria", pues fue la misma que usó para rebatir a su entonces ministro de Consumo Alberto Garzón cuando criticó en "The Guardian" el excesivo consumo de carne en España. "Un chuletón al punto es imbatible", dijo también Pedro Sánchez.
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Miguel Ángel Revilla con las célebres anchoas de Cantabria. |
"No me toques los... tomates", vino a decir el otro día Segolene Royal y "no me los toques tú a mí" vino a responder obviamente Pedro Sánchez. Todo porque si nos ceñimos a las cifras y a la calidad, el sector hortofrutícola español verdaderamente es imbatible a nivel mundial, a la cabeza de la práctica totalidad de las listas de frutas y verduras tanto en materia de producción como en materia de exportación. Esto es incuestionable... pero aquí se dirime otra cuestión, aquí lo que trufa la demagogia es el chovinismo, el patrioterismo, el utilizar los productos del campo como seña de identidad nacional que exacerba a las masas, esas que los políticos adoran que voten sin pensar.
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Alberto Núñez Feijoo con los plátanos de Canarias. |
Para ello qué mejor que tocar la fibra sensible del orgullo patrio con aquello que es más identitario: el campo y sus frutos, ligazón con nuestras raíces y sabores cultivados desde nuestra infancia.
De pocas cosas presumen más los políticos en sus constantes apariciones públicas que de los productos regionales. Saben que conectan de inmediato con el pueblo.
Si bajamos al ámbito autonómico y local, este proceder se acrecienta aún más.
Tal vez uno de los casos más paradigmáticos sea el del expresidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, con sus célebres anchoas; pero no hay político autonómico que no busque permanentemente la foto con esos productos de la tierra, que, además, son la base de la gastronomía, que es a su vez fundamento esencial del turismo, que es a su vez fundamento esencial de la economía de nuestras comunidades autónomas y del conjunto de España. Insisto, ejemplos hay todos los que quieran con las naranjas de la Comunidad Valenciana, los tomates de la Región de Murcia, los plátanos de Canarias y hasta los melones de Villaconejos con Isabel Díaz Ayuso, aunque la lista es tan infinita como pueblos tiene España.
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Ximo Puig y las mandarinas de la huerta valenciana. |
Este es el eje vertebrador de ese personaje tan histriónico y querido por los lectores de "El cese" que es el presidente autonómico Agapito Palazón, orgulloso defensor del tomate denominación de origen de la imaginaria Alburaca de Ramos, y encarnación de una manera de hacer política con el tomate regional como seña identitaria, como símbolo que aglutina el espíritu regional y encarna su forma de conectar con la ciudadanía.
Ese invernadero en los jardines centrales de la Sede Presidencial, donde el presidente Palazón cultiva sus propios tomates, no es más que otra de esas verdades de la política que "El cese" busca relatar, pues es necesario no perder nunca de vista al electorado y a sus fundamentos más primarios, hábitat en el que siempre triunfa desde un plátano hasta un pepino pasando, claro, por los tomates, por nuestros tomates, por supuesto "imbatibles", señor presidente.
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